Seré Tu Música – Nota en El Bondi

Llegar a la puerta del lugar era encontrarse con una fila que daba vuelta a la esquina, y escuchar a los guardias era para ponerse nervioso porque hacían pasar a todos rápido asegurando que todo iba a ser muy puntual, pero la fila no se terminaba más. Ya adentro una banda tributo al rock boliviano hacía de vermouth previo a Octavia, en la barra se podían escuchar los gritos de que se les había acabado la cerveza y que sólo quedaba whisky, vino y/o fernet, y desde las butacas del teatro, familias enteras o grupos de amigos se saludaban todos entre sí como una gran comunidad que iba a disfrutar de algo especial.

Pasadas las 00.30, Omar González en voz, Simón Luján en guitarra, Vladimir Pérez en bajo, Gimmer Illanes en instrumentos nativos y Martin Fox detrás de la batería, salieron a rockear. “En el horizonte todo es circular… Vuelvo a equivocarme, una y otra vez”, decía «Ciclos», canción que abrió la velada con ese sikus sonando de una manera tan particular como espectacular, para el delirio de la gente que cantaba con fuerza ese estribillo, y en el medio de la locura, se fue lo más adelante que pudo, dejando vacíos y huérfanos los asientos. El primer “¡Zazias!” de la noche bajó del escenario y fue respaldado con aplausos y gritos para alegría del frontman. «Viaje» y «Autodestrucción» fueron las dos primeras canciones que sonaron de su último álbum Medular, editado en 2009, previo a «Radiante», una de las canciones nuevas que presentaron, y que formarán parte de su próximo álbum de estudio.

“No hay marcha atrás” fue el primer tema de la época de Coda 3 (primer nombre del grupo y que tuvieron que cambiar allá por el 1995 ya que una banda mexicana también se llamaba de esa manera), y la respuesta de la gente fue cantar intensamente el “Espero, espero llegar”, mientras algunos agitaban la bandera boliviana sin parar. “Ahora es momento de una cuequita”, dijo Omar González mientras interactuaba con la gente, poco antes de que suene «Cuecaina», y la gente comenzara a bailar con sus caras llenas de sonrisas.

La segunda canción nueva de la noche fue «La ciudad que habita en mí”, dedicada a la capital de Bolivia, La Paz, y le siguió «Phutu & Bass» con un bajo poderoso que hizo estremecer al ND Ateneo. «Seré tu música» y «Azul eterno» siguieron en la lista más que festejada por todas las mujeres del lugar, sobre todo cuando sonó «Eternidad», esa balada que le cantarías a tu chica después de hacer el amor.

«Reencuentro» fue la última canción nueva que presentaron, y después de «Acércate» y «Redención», dos canciones donde se pueden notar esa fusión de sonidos rockeros y poperos con los tradicionales de Bolivia, sonó «Dime que hago», un claro himno de la banda para todos sus fans con una letra simplemente sensacional.

El doblete enganchado de «En tus labios» y «Bienvenido» hicieron otra vez que el teatro se convirtiera en una especie de baile. «Verdades inéditas» y «Después de ti» fueron los últimos temas que sonaron de la época de Coda 3. «Rho+» fue la canción elegida para irse del escenario en una falsa despedida, y para el bis, si bien muchos reclamaban por «Ajayu» de su primer álbum Aura de 1996, eligieron «La noche», de su disco 4 de 2002, bajo una lluvia de aplausos y el delirio de todos los presentes.

No quedan dudas que Octavia es la banda número uno de Bolivia, no sólo por el reconocimiento que obtuvieron por tocar con bandas consagradas como Attaque 77, Aterciopelados, Los Enanitos Verdes, Café Tacuba y hasta con el gran Gustavo Cerati: el mérito es propio porque le sobra calidad como grupo. Tiene unas letras espectaculares y en vivo suenan con una fuerza envidiable. Por suerte, el viernes después de muchos “zazias” de agradecimiento y cariño, se despidieron saludando todos juntos al público que año tras año los espera en Argentina porque saben que van a enloquecerlos como en cada presentación que realizan en el país.

Nota publicada en la revista argentina EL BONDI

Texto: Ariel Andreoli

Fotógrafo: Andrea Celis

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